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El primer grupo de dantzak de Idaho

Koldo SAN SEBASTIÁN

Bien entrado el siglo XXI, en el Oeste de Estados Unidos existen excelentes grupos de bailes vascos, quizá el más conocido y veterano sea Oinkari Dancers de Boise. Sin embargo, no fue el primero. En la década de los 1920, bajo la dirección de Antón Osa, se creo el primer grupo que incorporaba las nuevas formas (estética, coreografía,...). El segundo, que fue el primero de todo el Oeste, nació en Emmett, un pueblecito que entonces tenía poco más de 3000 habitantes a 22 millas al norte de Boise. Su creador fue Jon Bilbao que acababa de ser nombrado subdelegado del Gobierno Vasco en Boise.

Jon Bilbao, diciembre 1939

Jon Bilbao, diciembre 1939.

Uno de los principales objetivos de la Subdelegación fue el de movilizar a la juventud. En Boise, debido a la posición de los dirigentes de la comunidad vasca local, Jon Bilbao no pudo poner en práctica iniciativas en esa dirección. Sin embargo, en Emmett, a 30 millas de la capital, contaba con el ambiente propicio. Allí residían entre otros, José Villanueva, de Bilbao, y Cipri Barroetabeña, de Markina, o Gregorio Landaluce, de Gatika. El hijo de este último, Sabin, había combatido como gudari y hecho prisionero en Bilbao en junio de 1937. Villanueva había sido miembro de Juventud Vasca de Bilbao y, además, había tocado la flauta en la banda de música municipal. Barroetabeña fue socio del batzoki (sociedad nacionalista) de Markina. La primera idea para atraer a los jóvenes fue crear un grupo de danzas constituido únicamente por varones. El coach del grupo, tal como lo llama The Idaho Daily Statesman, fue el propio Bilbao (Idaho Statesman, 1940-08-21). El objetivo era debutar en las fiestas del Cincuentenario de Idaho como estado que deberían celebrarse en Boise en agosto de 1940, Jon Bilbao se reunió con el secretario del gobernador que prometió darle todo tipo de facilidades para la participación vasca en el evento.

Jon Bilbao, además de ser un dantzari notable, tenía experiencia en estas lides. Fue miembro del grupo de ezpatadantzaris de Algorta y director de la sección de danzas del Euzko Ikasle Batza de Madrid donde estaba estudiando. En 1936, meses antes de comenzar la guerra, había organizado un gran festival de danzas que resultó un éxito. También en Madrid dirigió el cuerpo de danzas que intervino el estreno de la zarzuela de Jesús Guridi Mari Eli. Asimismo, en 1935, aprovechando sus vacaciones universitarias recorrió algunos pueblos vizcaínos, como Bolibar o Markina, para aprender, además del euskeras, bailes. El mismo tuvo la oportunidad de mostrar sus habilidades en el Sheepeherders’ Ball (Baile de los Pastores) de 1939.

Jon Bilbao necesita las partituras de la ezpatadantza y, por supuesto, un txistu y un tamboril. Se puso en contacto con José Miguel de Barandiarán y éste con Luis Arregui:

Anglet, 1 de abril de 1940

Afectísimo compatriota:

Entre otras cosas deja D. José Miguel en nuestras manos lo referente al txistu y a la música de ezpatadantza. Ambas cosas podremos cumpimentaerlas con toda rapidez.

Un refugiado abertzale fabrica magníficos txistus y tamboriles. Con ello obtiene algún dinero que le permite sobrellevar un poco mejor el exilio, ayudándole en cuanto podemos para vender su fabricación. Tenemos en estos momentos depositados en estas oficinas un txistu y un tamboril realmente magníficos y se los podemos enviar, en cuanto reciba su conformidad, y por tratarse del caso de un refugiado nos permitimos indicarle el precio de ambos instrumentos: txistu, 300 francos; tamboril, 375: 15 y medio dólares aproximadamente.

En cuanto a la música, hemos mandado sacar copias a otro refugiado, y en cuento esté terminadas, se las enviaremos.

Luis Arregui
Comité Basque de
Secours aux Refugiés.

Cherry Day en Emmett

Cherry Day en Emmett.

Para dar cobertura a la iniciativa se constituyó en Emmett una “junta local” que, además, tenía como objeto “mantener unidos a los vascos”. En una carta a Antón Irala, se ve que aún no había recibido la respuesta de Arregui se decía: “He recibido la música de ezpata-dantza; en cuanto el txistulari de Boise lo aprenda sacaré algunos discos con el objeto de poder empezar ya los ensayos”.
A principios de mayo, comenzaron los ensayos, “aunque bastante despacio”: Más tarde tendré que ir yo un par de veces por semana para ensayar palos y espadas, pues los de allí lo ha olvidado ya. Aquí en Boise es donde más dificultades encuentro para todas estas cosas.

Durante la primavera de 1940, se suceden actuaciones que preparan el ambiente para el gran acontecimiento. El 19 de mayo, durante una conferencia pronunciada por Jon Bilbao, Juanita Aldrich y Louise Astoreca acompañadas al acordeón por Jimmy Jausoro (Boise Capital News, Monday, May 20, 1940). Con motivo del “Cherry Day” los vascos de Emmett presentaron una carroza imitando una cesta de Jai Alai. Ganaron el segundo premio.

Al comenzar el mes de agosto, Jon Bilbao que, hasta entonces, iba una o dos veces a la semana a Emmett para dirigir los ensayos, se queda a vivir en el pueblo. Al grupo, además, se suman muchachas. De enseñarles se encargaron las esposas de Barroetabeña (Juli) y Villanueva (María) y Lucy Garatea. Las dos últimas de Lekeitio.

Este quedó finalmente formado por ocho chicas y nueve chicos. Los chicos que participaron fueron Henry Garatea, Frank Garatea, Ray Foruria, Johnny Eiguren, Louis Arrizabala, Johny Beitia, Bernard Gratton, Joseph Barroetabeña y Tony Galdos. Las chicas eran Consuelo Eiguren, Juanita Fundazuri, Marie Basabe, Irene Bicandi, Joan Wood, Dolores Barroetabeña, Annes Jayo y Rosie Bilbao. Sin embargo, surgieron dificultades para que el txistulari Ambrosio Aparicio, que trabajaba como pastor para John Archabal, pudiese incorporarse al grupo.

Emmett, 27 de agosto de 1940.

Querido Manu:

Teníamos hecho el grupo de ezpatadantzaris, faltaba solamente el txistulari, éste trabajaba con Archabal, yo le indiqué a Zenón que debiera avisarle que viniese cuanto antes para continuar los ensayos. Zenón fue al monte y en lugar de traerlo consigo le dijo al hombre que si tocaba el txistu en Boise no podría ir a España porque Franco lo fusilaría, los Izurza hicieron por otro lado todo lo posible para que el grupo de ezpatadantza fracase, al fin me cogí un carro y después de diez horas de viaje y dos a pie pude hablar con el txistulari y traerle, gracias también a Domingo Aldecoa (“Katue”) y a su mujer quienes al saber que Casilda y Zenón estaban en contra, hicieron lo posible por ayudarme, no por mi sino por ir contra aquellos. Al fin la ezpatadantza es un hecho, el viernes pasado tuvieron un ensayo en Boise y el éxito fue total, hoy empezarán a bailes ante el público en las ferias de Boise durante cinco días seguidos y ya hemos recibido invitación para acudir a las fuerias de otro pueblo cercano, Ontario.

Por ahora tampoco podemos presentar la ezpatadantza como un espectáculo completo, el tiempo que nos indicaron en la feria de Boise ha sido de diez minutos y a él nos hemos tenidos que atener, así que no bailan nada más que la Bandera, el zortziko que lo hacen las chicas, una parte de palos y el txankarranko.

(...)

Para que te des cuenta de cómo ha sido acogida la ezpatadantza entre los vascos de Boise te mando unos versos que han corrido estos días de mano en mano. Son de nuestro amigo Landaluce.

Ambrosio Aparicio

Ambrosio Aparicio.

Durante varias jornadas, los dantzaris de Emmett actuaron el Boise, en la feria (50 Years of Statehood). Obtuvieron un éxito memorable y la prensa local resaltaba que “algo como aquello nunca antes se había visto en Idaho” (The Emmett Index & Emmett Examiner, 1940-08-29).

Jon Bilbao anotó en su diario tanto los ecos del éxito como las invitaciones recibidas de otros pueblos para que los jóvenes de Emmett presentasen sus bailes:

Emmett, Idaho, 31 de agosto de 1940

Al fin la ezpatadantza ha resultado un completo éxito. Durante cinco días han bailado en las ferias de Boise. Ocho neskatillas y 9 mutikos. Aunque la prensa se ha mantenido callada salvo pequeñas alusiones no hemos podido tener un éxito mayor. Se nos invitó a ir a Ontario, Oregón, pero decidí rechazar la proposición, no quiero que los muchachos bailen en salones de baile y entre borrachos. El viernes cogí el carro de Frank y acompañado de Ambrosio Aparicio, el txistulari, me fui a ver el pueblo. Hay en el pueblo varios vascos, entre ellos un poeta, buen bertsolari, Dimas Gandarias.

La marcha de Jon Bilbao a la Universidad de Berkeley marcó el principio del fin de este grupo. Al comenzar la guerra mundial, este se disolvió definitivamente.

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